la frustracion en la artes marciales
¿Por qué frustrarse es tan común durante la práctica de las Artes Marciales? ¿Por qué esa sensación interna de «no lo voy a lograr»? Equivocarse durante los entrenamientos sólo nos da la pauta de que estamos avanzando. Sin duda que a medida que uno avanza, los obstáculos son más complejos, y son apenas detalles los que marcan la diferencia. Y está bien que así sea, porque de eso se trata la vida. ¿Cuántas veces nos caímos, tropezamos, tambaleamos antes de aprender a caminar? Muchísimas, y sin embargo nada nos detuvo. Fácil de explicar: el único motor durante ese aprendizaje fueron las ganas de lograrlo; y fundamentalmente no existió ese freno que es la frustración: no estar pendiente de quien nos observa, ni de fallar tantas veces como sea necesario.
Por eso el mejor lugar para equivocarse es el Dojo: un ambiente controlado, donde gente con mayor experiencia puede ayudarme a corregir mis errores, a mejorar mi técnica.
Todo es entrenamiento. Y más allá de las condiciones propias de cada practicante, el entrenamiento es el que marca la diferencia.
De eso se trata, de entrenar, equivocarse, corregir los errores, volver a entrenar, avanzar.
Siempre avanzar; a veces serán pasos más largos, otras veces más cortos, pero nunca detener la marcha.
Porque si le hubiéramos dado una oportunidad a la frustración de pequeños, muchos de grandes seguiríamos gateando.
Germán Windisch – Bujinkan 1° dan